Repasamos las ventajas y los inconvenientes de las diferentes opciones que hay en el mercado.

Pixabay
Pixabay

Estás pensando en cambiar el suelo de tu casa. Quieres un pavimento que dure y bonito, pero que no tengas que estar caminando con cuidado para no dañarlo. Y si puedes evitar meterte en una obra, mejor, ¿verdad?

Pixabay
Pixabay

Te contamos cuáles son las diferentes opciones que hay en el mercado, sus ventajas e inconvenientes, para que puedas elegir en función de tus necesidades:

  • Suelos cerámicos. Son los mejores para zonas húmedas o las que más ensuciamos, como es el caso del baño y de la cocina. También es muy recomendable para espacios que den al patio o al jardín, porque es muy fácil de limpiar en estas zonas que más pueden ensuciarse: la gran mayoría además lleva tratamiento antideslizante, otro punto a su favor. Un detalle importante: el porcelánico es más resistente e impermeable que el gres, pero también es más caro.
  • Laminado: su gran ventaja es que se instala sin obra y que es muy resistente. Puede imitar de forma bastante cualquier acabado. Es una gran opción para comedores, salones, dormitorios y cocinas que dan al salón y también se comercializa para baños y cocinas. Además, es antibacteriano lo cual es un plus si hay mascotas en casa. Los laminados que no tienen juntas son más resistentes. Si buscas el mismo suelo para toda la casa, un laminado que imite la madera es la solución perfecta.
  • Madera: sin duda, hace la casa más cálida. Es uno de los suelos de pisada más agradable pero hay que tener en cuenta que no son baratos y que además, es uno de los suelos más delicados y que necesitará de mucho mantenimiento si quieres conservarlo bien a lo largo de los años. En definitiva, es precioso y da calidez, pero lo tendrás que tratar con mucho mimo.
  • Vinílico: es una estupenda opción para baños y cocinas y además, hay infinidad de diseños (por ejemplo, en baños, si te gustan los suelos hidráulicos pero el bolsillo no está para ello, tienes vinílicos de imitación que quedarán de maravilla). El vinílico además no requiere de obra para su instalación ya que se pone simplemente pegado o con un sistema de clic sobre el suelo original.
  • Mármol: duradero, atemporal y también, clásico. Ojo porque, al ser una piedra porosa, puede rayarse y absorber las manchas, con lo cual no es recomendable en zonas de trajín y en cocina, por ejemplo. Con el tiempo además pierde brillo, aunque se puede pulir. Evita los detergentes abrasivos cuando lo limpies. Si quieres poner calefacción por suelo radiante es perfecto, ya que es buen conductor térmico.
  • Tarima de corcho: es confortable y amortigua caídas, así que puede venirte de perlas en una habitación infantil. También hay que reconocer que el corcho es un gran material aislante térmico y acústico, así que también puede ser una buena opción para tu despacho.
Pixabay
Pixabay

Y un tip a la hora de instalarlos. Si quieres dar la sensación de mayor amplitud en la casa, decántate por lamas de gran formato de tarima, laminado o cerámico. Las lamas deberán ir colocadas longitudinalmente o en diagonal. Y si lo que buscas es dar mayor sensación de profundidad, te recomendamos colocar las piezas en posición vertical.

FUENTE: Idealista/news