1. Conoce el valor real del inmueble

Antes de hacer una oferta, investiga el precio de mercado. Revisa propiedades similares en la misma zona, compara metros cuadrados, antigüedad, acabados y ubicación. Esto te dará una base sólida para justificar tu propuesta.
💡 Tip: si descubres que el precio está inflado, puedes usar esta información como argumento sin parecer agresivo.

2. Gánate la confianza del vendedor

El vendedor siempre preferirá a un comprador serio y decidido. Muestra que tienes la capacidad financiera: una carta de preaprobación hipotecaria o demostrar que cuentas con el efectivo puede hacer que te consideren una opción prioritaria, incluso si tu oferta es un poco más baja.

3. Haz una oferta razonable

Ofrecer demasiado bajo puede hacer que el vendedor te descarte de inmediato. Lo ideal es plantear una oferta entre un 5% y un 10% menor al precio de lista, dejando espacio para una contraoferta.
🎯 Estrategia: acompaña tu propuesta con argumentos claros: reparaciones necesarias, tiempo en el mercado o falta de acabados.

4. Sé flexible en otros términos

A veces no se trata solo del precio. Puedes ofrecer flexibilidad en la fecha de entrega, asumir algunos gastos notariales o simplificar el proceso de cierre. Estos gestos pueden motivar al vendedor a aceptar una rebaja sin sentir que pierde demasiado.

5. Usa la táctica del “precio condicionado”

Propón un precio menor condicionado a realizar mejoras o reparaciones por tu cuenta. Esto le quita presión al vendedor y le da una razón concreta para aceptar tu oferta.

6. No muestres demasiada urgencia

Si el vendedor siente que estás desesperado por cerrar la compra, es menos probable que baje el precio. Mantén un tono profesional y deja claro que estás evaluando otras opciones, sin llegar a sonar amenazante.

7. Cierra rápido si hay acuerdo

Cuando logres el precio que buscabas o un monto cercano, firma la reserva cuanto antes. La rapidez transmite compromiso y evita que el vendedor reciba y acepte una mejor oferta de otro comprador.